martes, 20 de marzo de 2012

Agencias de calificación.

Hoy voy a divagar sobre las agencias de calificación crediticia. A mí, en contra lo que piensa la mayoría de la gente (y es comprensible), me "caen bien" las agencias de calificación porque, a pesar de ser imperfectas (como todo en esta vida; ¿una agencia de calificación estatal lo haría mejor?; imposible por el conflicto de intereses que habría), son imprescindibles. Uno de los supuestos para que exista un mercado perfectamente competitivo es la disposición de información perfecta sobre los agentes económicos que actúan en el mismo por parte de todos (es decir y como ejemplo, que yo, vendedor, sé que tú, comprador, estás en una situación financiera ruinosa y, en consecuencia, o me pagas al contado o se lo vendo a otro en mejor situación) y, en consecuencia, es muy importante que haya empresas dedicadas a la venta de información sobre el riesgo de impago de cada agente económico.

Desde mi punto de vista el origen de la crisis fue la imperfección en la calidad de la información disponible (si el mercado supiera cómo de basura eran los títulos en que se dividieron las hipotecas basura no las habría comprado y el pánico financiero no hubiese sobrevenido). Sin embargo, y como toda obra humana, no se consiguió ni se conseguirá la disposición de información perfecta por parte de los agentes; pero eso no significa que haya que cargarse lo (poquito) que se ocupa de suministrar información en base a criterios racionales (aunque de forma inevitablemente imperfecta, repito). De acuerdo en que sería necesaria una reforma (que no puede ser convertirlas en entes públicos por lo ya comentado), etc. Pero no en que su supresión sea beneficiosa para la Economía. Para nada.

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